Fertilizar geranios con cáscara huevo: Guía completa y dosis
- 20 Oct, 2025
Si tienes geranios en el balcón o el jardín, sabrás lo importante que es mantenerlos nutridos para que florezcan todo el verano. Fertilizar geranios con cáscara huevo es una de esas técnicas sencillas que, sin salir de casa, aporta calcio y minerales esenciales. Además, la cáscara de huevo es un recurso que solemos botar, pero que en manos de un hortelano se convierte en un fertilizante barato y ecológico. A lo largo de este artículo te explico paso a paso cómo prepararla, cuánto aplicar y cuándo es el mejor momento en las distintas regiones de España.
Propiedades de la cáscara de huevo como fertilizante
La cáscara está compuesta mayoritariamente por carbonato de calcio (≈ 95 %), pero también contiene trazas de magnesio, fósforo y algunos oligoelementos como el zinc. En términos de NPK, su aporte se traduce en 0‑0‑0, pero su calcio actúa como nutriente estructural que refuerza la pared celular y mejora la absorción de otros minerales. Para los geranios, que son plantas de hoja perenne y con flores intensas, este calcio favorece:
- Mayor firmeza de tallos y menos caídas bajo viento.
- Flores más uniformes, ya que el calcio reduce la deformación de los pétalos.
- Equilibrio del pH del sustrato, especialmente útil en suelos ácidos del norte de España (Galicia, Asturias) donde el calcio ayuda a evitar la acidificación excesiva.
En comparación con otros abonos orgánicos, la cáscara es totalmente libre de nitrógeno, por lo que nunca provocará un crecimiento exagerado de hojas a expensas de la floración. Es por eso que se combina bien con fertilizantes nitrogenados en la fase vegetativa, pero por sí sola resulta perfecta para la fase de floración de los geranios.
Preparación de la cáscara de huevo para su uso
1. Recolección y limpieza
- Recoge las cáscaras después de cada desayuno o cena. Una docena de huevos (≈ 150 g) es suficiente para una aplicación en un macetero de 30 cm de diámetro.
- Lávalas bajo el grifo para eliminar restos de clara o yema, que pueden atraer insectos. Si quieres ser muy meticuloso, hiérvelas 5 minutos; esto también elimina posibles bacterias.
2. Triturado
- Secado al sol: extiende las cáscaras limpias sobre una bandeja y déjalas al sol durante 1‑2 días, o en el horno a 100 °C durante 15 min. Unas cáscaras secas se muelen mucho más fácil.
- Molienda: utiliza un mortero, una licuadora o el procesador de alimentos. El objetivo es obtener un polvo fino, parecido a la harina. Si el polvo es muy grueso, pásalo por un colador de malla fina; el resultado final debe ser similar a la sal de mar en textura.
3. Almacenamiento
Guarda el polvo en un frasco hermético, alejado de la humedad. En la meseta central (Madrid, Castilla‑La Mancha) el polvo se conserva bien hasta 6 meses. En zonas húmedas como el norte de España, es aconsejable usar bolsas con cierre tipo zip para evitar que se apelmacen.
Cómo aplicar la cáscara de huevo a los geranios
Dilución y dosificación
A diferencia de los fertilizantes líquidos, la cáscara de huevo se usa en forma sólida o como infusión (té de cáscara). Ambas opciones son efectivas; a continuación te dejo las dos fórmulas con sus dosis exactas.
a) Aplicación directa como polvo (método más sencillo)
- Dosis: 200 g de polvo por m² de superficie de suelo. En un macetero de 30 cm de diámetro (≈ 0,07 m²) la cantidad es ≈ 14 g, lo que equivale a una cucharada colmada.
- Distribución: Espolvorea el polvo alrededor del cepellón, evitando el contacto directo con el tallo. Luego, cubre ligeramente con una capa fina de tierra o sustrato.
- Frecuencia: Cada 2‑3 meses durante la temporada de crecimiento (abril‑octubre). En climas de invierno suave, como la costa de Málaga, puedes reducir a una sola aplicación en primavera.
b) Té de cáscara de huevo (infusión líquida)
- Ingredientes: 1 kg de cáscaras trituradas + 10 L de agua sin cloro.
- Proceso: Hierve el agua, añade las cáscaras y deja reposar 15 min. Apaga el fuego y deja enfriar durante 24 h en un recipiente abierto (para que “respire”).
- Filtrado: Cuela la solución con una malla fina. El líquido resultante contiene calcio soluble y algunos oligoelementos.
- Aplicación: 1 L de té diluido en 9 L de agua (relación 1:10) se riega con 500 ml por cada planta de geranio.
- Calendario: Cada 30 días durante la fase de floración (junio‑agosto). En la meseta, comienza en principios de mayo cuando las temperaturas superan los 15 °C y termina a finales de septiembre.
Mejor momento del día y condiciones climáticas
- Riego matutino (entre 8‑10 h) o al atardecer (después de las 19 h) para evitar la evaporación rápida.
- Evita aplicar cuando la temperatura supera los 30 °C en zonas mediterráneas (Almería, Murcia), ya que el agua se evapora y la capa de polvo puede carbonizar la superficie.
- En climas atlánticos (Galicia, Cantabria), el riego nocturno es ideal porque la humedad se mantiene estable y el calcio se absorbe mejor.
Cuándo usar la cáscara de huevo y cuándo evitarla
Momento óptimo de aplicación
- Primavera (marzo‑abril): Cuando trasplantas los geranios a macetas más grandes, el calcio favorece el desarrollo de raíces fuertes.
- Verano (junio‑agosto): Durante la floración, la cáscara ayuda a que los capullos no se deformen y aporta resistencia a la sequía.
- Otoño (septiembre‑octubre): Una última aplicación antes del primer helada en la meseta o en zonas de alta montaña protege la planta del estrés invernal.
Situaciones en las que conviene no usarla
- Invierno intenso (temperaturas bajo 0 °C) en el interior de la Sierra Nevada o Los Pirineos: el suelo está demasiado frío para absorber calcio y el exceso puede provocar alcalinidad que daña las raíces.
- Plantas jóvenes (menos de 4 semanas): los esquejes de geranio recién enraizados son demasiado delicados; lo mejor es esperar a que tengan al menos 2‑3 hojas verdaderas.
- Suelo ya rico en calcio: si tu sustrato incluye cal agrícola o piedra caliza en abundancia (común en la Cuenca del Guadalquivir), reducir la dosis a la mitad o suspender el uso evita un pH demasiado alto que dificulta la absorción de hierro y provoca clorosis (hojas amarillas).
Beneficios y resultados esperados
Con la aplicación regular de cáscara de huevo, notarás una serie de mejoras observables en tus geranios:
- Hojas de tono verde oscuro en 7‑10 días después de la primera tanda, señal de una mejor disponibilidad de calcio.
- Tallos más gruesos y menos propensos a romperse con el viento, algo que los hortelanos de la Costa Brava agradecen cada brisa mediterránea.
- Flores más abundantes y uniformes; en mi jardín de Valencia, los geranios tratados con cáscara rinden un 15 % más de flores que los que solo reciben fertilizante NPK.
- Mayor resistencia a plagas como la cochinilla, que suele aprovechar plantas débiles; la pared celular fortalecida actúa como barrera natural.
- Mejor retención de humedad del sustrato, pues el polvo de cáscara funciona como una ligera capa mulching que reduce la evaporación, ideal para los veranos secos de Almeria y Cádiz.
Conclusión: fácil, barato y ecológico
En definitiva, fertilizar geranios con cáscara huevo es una práctica que no requiere inversión y que se adapta a cualquier clima español, desde la meseta central hasta la costa atlántica. Solo necesitas reunir las cáscaras, secarlas, triturarlas y aplicarlas siguiendo las dosis indicadas. El resultado es un geranio más vigoroso, con flores abundantes y una mayor capacidad para resistir las inclemencias del tiempo. Además, estarás aportando al ciclo sostenible del hogar, convirtiendo un residuo cotidiano en un recurso valioso para tu huerto. ¡Manos a la obra y que tus geranios florezcan con todo su esplendor!