Fertilizar calabacines con abono orgánico: Guía completa y dosis
- 09 Nov, 2025
Si cultivas calabacines en tu huerto, sabrás que necesitan un suelo fértil y bien nutrido para producir frutos grandes y sabrosos. Fertilizar calabacines con abono orgánico es la solución más sencilla, sostenible y económica, sobre todo en climas como el del Mediterráneo o la Meseta central. A lo largo de este artículo descubrirás cómo preparar tu propio abono, cuándo aplicarlo y qué resultados puedes esperar.
Propiedades del abono orgánico
El abono orgánico que emplearemos está basado en compost de restos vegetales y humus de lombriz. Su composición aproximada es:
- Nitrógeno (N): 1‑2 % – favorece el crecimiento vegetativo.
- Fósforo (P): 0,5‑1 % – estimula el desarrollo de raíces y la primera floración.
- Potasio (K): 1‑2 % – mejora la resistencia a estrés hídrico y la calidad del fruto.
- Micronutrientes como magnesio, azufre y hierro, que aparecen de forma natural en el compost.
Para los calabacines, el punto clave es aportar suficiente nitrógeno al inicio del cultivo y, más adelante, un equilibrio con potasio para que los frutos se formén sin deformarse. El abono orgánico tiene la ventaja de liberar los nutrientes lentamente, evitando quemaduras y favoreciendo la vida microbiana del suelo.
Preparación del abono orgánico
Ingredientes
| Ingrediente | Cantidad | Comentario |
|---|---|---|
| Restos de cocina (cáscaras, posos de café) | 3 kg | Evita carnes y lácteos. |
| Hojas secas y ramitas | 2 kg | Preferiblemente de encinas o álamos. |
| Estiércol de caballo o conejo (bien curtido) | 1 kg | Aporta nitrógeno rápido. |
| Humus de lombriz | 0,5 kg | Incrementa la actividad microbiana. |
| Agua sin cloro | Suficiente para mantener húmedo | 1 l por cada 5 kg de material seco. |
Proceso paso a paso
- Reúne los materiales en un cubo de 30 L de plástico. Usa guantes cuando manipules el estiércol.
- Trocea las hojas y ramitas en trozos de 5‑10 cm para acelerar la descomposición.
- Mezcla todos los ingredientes secos y vierte el agua poco a poco, hasta que la masa quede húmeda pero no encharcada (tipo “esponja escurrida”).
- Cubre el cubo con una lona transpirable o una malla, dejando una rendija para la ventilación.
- Voltea la mezcla cada 3‑4 días con una pala de jardín para oxigenar y evitar malos olores.
- Espera entre 30 y 45 días; el abono estará listo cuando haya adquirido un color oscuro, olor a tierra y la mayor parte de los materiales se haya desintegrado.
- Tamiza con un colador de malla gruesa para separar los fragmentos no descompuestos. Guarda el abono en bolsas de tela en un lugar fresco y seco; se conserva al menos un año.
Cómo aplicar el abono en los calabacines
Dilución y dosis
- Dosis de abono sólido: 500 g por cada m² de cultivo (aprox. 1 kg para una parcela de 2 m × 2 m).
- Dilución para riego: Disuelve 200 g de abono en 10 L de agua (relación 1:50).
- Aplicación foliar ligera (opcional): 50 g en 5 L de agua (1:100) para darle un impulso de micronutrientes durante la fase de crecimiento.
Método de aplicación
- Riego al pie: Distribuye la solución diluida a razón de 2‑3 L por planta, directamente en la zona de las raíces. Hazlo a primera hora de la mañana o al atardecer para evitar la evaporación excesiva.
- Incorporación al suelo: Cuando prepares el cama de siembra, mezcla el abono sólido con la tierra a 10‑15 cm de profundidad. Esto permite que los nutrientes estén al alcance de las raíces emergentes.
- Frecuencia: Aplica la solución cada 21‑28 días mientras los calabacines estén en fase vegetativa (del trasplante hasta la aparición de los primeros frutos). En la fase de fructificación, reduce a una sola aplicación a mitad de la temporada (julio‑agosto), usando la dilución 1:100 para no sobrecargar de nitrógeno.
Precauciones
- Nunca apliques el abono sin diluir sobre la hoja o el fruto; quemaría la planta.
- Evita regar en días de mucho viento para que la solución no se pierda por evaporación.
- En climas húmedos del norte (Galicia, Cantabria), espacia la aplicación 10 días más, ya que la lluvia ayuda a repartir los nutrientes.
- No uses abono sobre suelos con exceso de materia orgánica (p.ej., en macetas con sustrato ya cargado) para no provocar encharcamiento.
Cuándo usar y cuándo no
Mejor momento
- Primavera temprana (marzo‑abril en la Meseta; febrero en la Andalucía): ideal para preparar la cama antes del trasplante.
- Etapa vegetativa: desde que la planta tiene 4‑5 hojas verdaderas hasta que aparecen los primeros calabacines. En este período la planta necesita nitrógeno para crear hojas y tallos fuertes.
- Temperaturas entre 15 °C y 25 °C, condiciones típicas de la costa de Valencia y la zona de Murcia.
Cuándo evitar
- Plenamente fructificando (julio‑septiembre): el exceso de nitrógeno favorece el crecimiento vegetativo en detrimento de los frutos, provocando calabacines pequeños y alargados.
- Invierno (diciembre‑febrero) en zonas de clima continental donde los calabacines están en estado de reposo; el abono no será absorbido y se puede favorecer la proliferación de hongos.
- Plántulas muy jóvenes (< 3 semanas): la raíz aún no está suficientemente desarrollada para asimilar la carga orgánica; opta por un sustrato rico en vermiculita y perlita.
Beneficios y resultados esperados
Con una aplicación regular de abono orgánico observarás:
- Hojas de color verde intenso en 7‑10 días después de la primera riegada.
- Plantas más vigorosas, con tallos gruesos que soportan mejor el peso de los frutos.
- Frutos de mayor tamaño (10‑15 cm de longitud) y una piel más resistente a grietas, gracias al potasio que se libera progresivamente.
- Mejora del suelo: mayor retención de humedad y estructura suelta, lo que reduce la necesidad de riego frecuente.
- Reducción de plagas como ácaros y pulgones, ya que el suelo sano favorece enemigos naturales (e.g., mariquitas).
Conclusión
Fertilizar calabacines con abono orgánico es una práctica sencilla, económica y respetuosa con el medio ambiente. Solo necesitas unos cuantos kilos de restos de cocina, hojas y un poco de humus de lombriz para crear un fertilizante que libere nutrientes de forma gradual. Aplica la dosis adecuada, respeta los intervalos de tiempo y adapta la frecuencia al clima de tu zona—ya sea la cálida Andalucía, la templada Cataluña o la fresca Castilla—y tus calabacines te recompensarán con cosechas abundantes y de calidad. ¡Anímate a probarlo y comparte tus resultados con los vecinos del huerto!