Cómo podar higuera y cuándo hacerlo

La higuera es uno de los árboles frutales más resistentes del patio español y, cuando se poda bien, puede dar cosechas generosas año tras año. Podar higuera en el momento correcto favorece la formación de ramas fuertes, mejora la ventilación y permite que los frutos maduren con mayor uniformidad. Si la poda se hace fuera de tiempo o de forma incorrecta, el árbol puede perder capacidad productiva o quedar vulnerable a plagas. En este artículo descubrirás cuándo podar higuera, qué técnicas emplear y cómo cuidar el árbol después de la intervención.

Cuándo Podar

Época del Año – Poda Principal

En la mayor parte de la península, la poda principal de la higuera se realiza a finales del invierno, cuando el árbol está en dormancia y antes de que aparezcan los brotes. En la zona Mediterránea (Andalucía, Murcia, Levante) lo ideal es podar entre febrero y principios de marzo; en la meseta central (Madrid, Castilla‑La Mancha) el momento óptimo es marzo; mientras que en la zona atlántica (Galicia, Asturias) conviene esperar hasta finales de marzo o principios de abril, cuando el riesgo de heladas escasea.

El criterio para saber que es el momento correcto es observar las yemas: deben estar hinchadas pero sin haber brotado. Podar en este punto permite que el árbol cure rápidamente y que la savia fluya hacia las nuevas ramas, lo que favorece una fructificación abundante.

Podas Complementarias

Durante la primavera y el verano, después de la primera cosecha, se pueden hacer podas de mantenimiento para eliminar ramas débiles o que cruzan el interior del árbol, así se mejora la entrada de luz y se reduce la humedad que favorece hongos. En otoño, una poda ligera de limpieza elimina los brotes muertos o enfermos, preparando el árbol para el invierno. Estas podas menores pueden realizarse en cualquier momento, siempre que el clima esté seco.

Herramientas Necesarias

Para podar una higuera de porte medio se necesitan unas cuantas herramientas básicas pero bien cuidadas.

• Tijeras tipo bypass: perfectas para ramas de hasta 2 cm de diámetro, hacen cortes limpios que cicatrizan rápido.
• Podadera de dos manos: adecuada para ramas de 2‑4 cm; su acción de palanca permite cortar sin aplastar.
• Serrucho de poda: indispensable para ramas gruesas (>4 cm) que no caben en la podadera.
• Guantes de cuero: protegen las manos de espinas y de la corteza rugosa.
• Desinfectante: alcohol 70 % o una solución de lejía 1 : 10 para evitar la transmisión de enfermedades entre cortes.
• Pasta cicatrizante (opcional): útil para sellar cortes mayores en troncos viejos.

Antes de comenzar, afila bien las cuchillas y desinfecta todas las herramientas; un corte desgarbado o contaminado abre la puerta a hongos y bacterias que pueden acabar con la producción.

Cómo Podar – Técnica Paso a Paso

Identificar Qué Cortar

1. Ramas muertas: madera marrón, quebradiza y sin yemas.
2. Ramas enfermas: manchas negras, cancro o presencia de insectos.
3. Ramas que se cruzan: generan rozaduras y aumentan la entrada de patógenos.
4. Brotes débiles: finos como un lápiz, sin vigor.
5. Chupones (brotos basales): suelen ser vigorosos pero no fructifican, compiten con la rama principal.
6. Ramas viejas sin producción: madera leñosa de más de 8 años sin frutos.

Empieza por retirar primero las partes muertas y enfermas, pues son focos de plagas; después elimina los cruces y los brotes débiles para abrir la estructura del árbol.

Punto y Ángulo de Corte

El corte debe quedar a 45 ° respecto al eje de la rama, con la parte más alta del corte 5‑7 mm por encima de una yema sana que apunte hacia el exterior del árbol. Este ángulo permite que el agua de lluvia escurra y que la herida no acumule humedad, reduciendo la probabilidad de infecciones.

Al cortar, haz un solo movimiento firme; evita desgarrar la corteza, porque los bordes irregulares tardan más en cicatrizar. No dejes muñones: la base del corte debe quedar justo en el punto de origen de la rama, pero sin dañar la yema.

Intensidad de la Poda

• Poda ligera: elimina entre 1/4 y 1/3 del follaje. Ideal para árboles jóvenes (1‑2 años) que aún están formando su estructura.
• Poda media: supresión del 50 % de las ramas principales. Se aplica a hileras adultas (3‑5 años) que necesitan rejuvenecerse sin perder vigor.
• Poda severa: deja solo 20‑30 cm del tronco principal. Se reserva para árboles muy viejos o desordenados que requieren una renovación drástica; se hace solo una vez cada 3‑4 años para evitar el agotamiento.

Elige la intensidad según la edad del árbol y su estado sanitario. Si dudas, siempre es preferible podar menos y volver a recortar en la siguiente temporada.

Particularidades según Tipo de Higuera

Las hijuelas de higuera de viña (Ficus carica) son de rápido crecimiento y toleran bien podas frecuentes; sin embargo, la higuera de la zona templada (variedades como ‘Rubi’ o ‘Colomer’) necesita una poda más moderada para no comprometer la producción de frutos que se forma en madera del año anterior. En climas fríos, protege los cortes grandes con pasta cicatrizante y mantén una cubierta ligera de mantillo para evitar bajas de temperatura.

Señales de Problemas Tras la Poda

Poda Excesiva

Si la planta muestra rebrote muy débil, pocas o ninguna fruta, y hojas pequeñas, es probable que se haya podado demasiado. La solución pasa por aplicar un fertilizante equilibrado (NPK 10‑10‑10) en dosis bajas y dar tiempo al árbol para recuperarse; la nueva madera necesitará varios meses para volver a fructificar.

Poda Insuficiente

Una higuera densa, con ramas que se cruzan y poca ventilación, produce frutos sólo en las puntas. En la próxima primavera, incrementa la poda de mantenimiento, eliminando más ramas que se toquen entre sí y fomentando la entrada de luz.

Cortes Mal Hechos

Cuando aparecen manchas negras o zonas necróticas alrededor del corte, la causa suele ser un corte desafilado o una contaminación. Retira la parte dañada hasta llegar a tejido verde y sano, y vuelve a aplicar pasta cicatrizante. No olvides desinfectar las herramientas antes de tocar otra rama.

Cuidados Post‑Poda

Una vez terminada la poda, sigue estos pasos para que el árbol se recupere rápidamente:

• Recoge y elimina todos los restos (ramas, hojas) del suelo; si había enfermedad, quémalos o deséchalos en la basura.
• Sella cortes mayores (>3 cm) con pasta cicatrizante para impedir la entrada de hongos.
• Riega ligeramente si el suelo está seco, pero evita el exceso; la humedad excesiva favorece la aparición de moho.
• No fertilices durante las primeras 2‑3 semanas; el árbol necesita priorizar la cicatrización.
• Observa durante las siguientes semanas cualquier signo de necrosis o manchas; actúa pronto con un fungicida ecológico si es necesario.

Consejos Prácticos y Errores Comunes

Consejos:

• ✅ Poda en día seco: la humedad en los cortes favorece los hongos.
• ✅ Menos es más: corta un poco, evalúa y vuelve a podar si es preciso.
• ✅ Planifica: rodea el árbol, visualiza la forma deseada antes de cortar.
• ✅ Desinfecta siempre: evita transmitir enfermedades de una rama a otra.

Errores comunes:

• ❌ Podar en época equivocada: un corte tardío en primavera puede eliminar los brotes que darán los frutos del año.
• ❌ Dejar muñones: se pudren y son puertas de entrada para patógenos.
• ❌ Cortar sobre yemas interiores: la planta queda densa y con poca ventilación.
• ❌ No desinfectar herramientas: propaga enfermedades como la antracnosis.
• ❌ Podar bajo la lluvia: los cortes húmedos favorecen la aparición de moho.

Conclusión

Para obtener una higuera saludable y productiva, la poda debe hacerse a finales del invierno (febrero‑marzo en el sur, marzo‑abril en el norte), siempre sobre yemas hinchadas y con el corte a 45 ° a 5‑7 mm por encima de la yema que apunte hacia fuera. Elige la intensidad según la edad del árbol y elimina siempre ramas muertas, enfermas y cruzadas. Con los cuidados post‑poda adecuados y evitando los errores más habituales, tu higuera recompensará con una cosecha abundante y de calidad. ¡Anímate a podar y disfruta de los frutos que la naturaleza te brinda!